
Tecnologías de información y comunicación (TIC) aplicadas al tratamiento de los problemas de ansiedad
En el ámbito de la salud se han venido empleando en gran medida las tecnologías de información y comunicación (TIC) (Suriá Martínez y Beléndez, 2011). Entre estas tecnologías aplicadas a la salud, las aplicaciones para móvil (apps) surgieron a finales del año 2008, y aproximadamente 40.000 estuvieron relacionadas con el ámbito de la salud. De todas estas apps, el 18% van dirigidas al control y autogestión del sueño y el estrés, facilitando sobre todo herramientas de relajación (Sierra et al., 2016). El uso de las TIC en psicología se basa en una intervención con los mismos principios psicológicos que la intervención presencial, y consiste en aplicar los mismos tratamientos cognitivo-conductuales mediante un formato diferente (Bornas et al., 2002).
Autores como Simon y Ludman (2009), categorizan las nuevas tecnologías según el grado de contacto humano. En el nivel más alto sitúan aquellas que suponen una comunicación directa con el terapeuta, como la psicoterapia telefónica o videoconferencia. En el nivel intermedio, figuran las sincrónicas, con mensajes de texto que aparecen en función de la presencia de determinados síntomas y que permiten pasar a un nivel máximo de interacción (contactando directamente con el paciente). O bien comunicación de mínimo nivel, de tipo asincrónico como mensajes de texto con recordatorios de fármacos, pero de forma anónima.
Con el fin de conocer el uso de las TIC y las actitudes acerca de este abordaje entre los psicólogos de la Comunidad de Madrid, González-Peña et al. (2017) realizan una encuesta a través del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid. Encontraron que un 26% de las personas encuestadas utilizaba la teleterapia. Los resultados informan de que el 26.66% utilizaban en el momento de la encuesta terapia por videoconferencia; y el 51.04% utilizaban Internet como apoyo a la terapia tradicional. Respecto a los aspectos que preocupaban a los psicólogos encuestados, se observó que el 28.29% afirmaban que en la terapia online se perdía información relevante para el proceso de evaluación / intervención, mientras que un 28.04% informaban de la dificultad de lograr un buen rapport con el uso de las TIC. Se observa que el 49.18% de los encuestados están muy interesados en conocer las directrices de la terapia online, y el 45.27% afirman necesitar información sobre qué tipo de personas y problemáticas se benefician más con este tipo de abordaje.
En cuanto a los formatos de aplicación de las TIC al ámbito de la psicología, la telepsicología engloba toda actividad en el ámbito de la psicología a distancia, apoyándose en la tecnología (teléfono, e-mail, Internet, redes sociales y aplicaciones móvil) (Botella et al., 2007). La telepsicología incluye la teleterapia, que se divide en terapia a distancia, terapia en web con programas automatizados y terapia virtual con simulación de ambientes con o sin terapeuta virtual, que guía el proceso terapéutico del paciente (Botella et al., 2007). A esto hay que añadir otros formatos como la realidad virtual -gracias a la cuál las personas pueden trabajar en esos escenarios a tiempo real) – y la realidad aumentada – la cual supone la introducción de elementos virtuales en el mundo real (Botella et al., 2007). A esto hay que añadir otro tipo de recursos online como son las apps, que permiten eliminar las barreras que suponen acudir a tratamiento. Además de esta ventaja del uso de las TIC en el ámbito de la psicología, diferentes estudios han encontrados que las TIC pueden mejorar la eficacia de algunos tratamientos (Boschen y Casey, 2008), aumentar el compromiso por parte del paciente hacia el tratamiento (Brezinka, 2008), generalizando los principios terapéuticos aprendidos a su vida cotidiana (Clough y Casey, 2011), potenciando el mantenimiento de los logros tras la intervención psicológica (Clough y Casey, 2011), y mejorado la calidad de vida de las personas durante y tras la intervención (Bornas et al., 2002).
Este artículo se centra en el uso de las TIC en el tratamiento de los trastornos de ansiedad por varios motivos. Por un lado, se trata de uno de los problemas de salud mental con mayores tasas de prevalencia. Según el estudio europeo ESEMeD-España realizado con población general, la prevalencia anual de este trastorno es del 10.6% y la prevalencia vital del 16.6% (Haro et al., 2006). Las tasas de prevalencia de los trastornos de ansiedad en las personas mayores de 65 años europeas en el último año van desde un 3.6% (Alonso et al, 2004) hasta un 17.2% (Andreas et al., 2017) en la revisión de 36 estudios realiza por Cisneros y Ausín (2019). Por otro lado, los trastornos de ansiedad conllevan una disminución en el funcionamiento de las personas que los sufren y una peor calidad de vida (Canuto et al., 2018; Zamorano et al., 2019). Por último, es relevante estudiar el uso de las TIC como complemento en el tratamiento de los trastornos de ansiedad ya en los últimos años se viene observando que el 25% de los pacientes con un trastorno de ansiedad rechazan la técnica de exposición y abandonan el tratamiento (Baños et al., 2013).
El objetivo general de este artículo es revisar los estudios publicados entre enero de 2008 y diciembre de 2018 acerca del uso y la eficacia de las intervenciones que emplean las TIC en el tratamiento de los problemas de ansiedad. Se pretende encontrar respuesta a las siguientes preguntas. En cuanto a los participantes ¿son eficaces las intervenciones que emplean las TIC en el tratamiento de los problemas de ansiedad en personas de cualquier edad? En cuanto a las intervenciones ¿cuáles son las TIC que se emplean en el tratamiento de los problemas de ansiedad? Respecto a las comparaciones ¿qué componentes incluyen las intervenciones que emplean las TIC en el tratamiento de los problemas de ansiedad? En cuanto a los resultados, cabe preguntarse: de las intervenciones que emplean las TIC en el tratamiento de los problemas de ansiedad ¿cuáles son eficaces? Respecto al diseño de los estudios ¿siguen una metodología de ensayo clínico randomizado?
Se realiza una revisión de la literatura científica sobre programas de intervención con el uso de las TIC como parte central o complementaria en el tratamiento de los trastornos de ansiedad en población general. Se consultan las bases de datos PsycInfo, Psycarticle y Medline, y el motor de búsqueda Pubmed. Las palabras clave utilizadas son: “m-Health” “anxiety disorders”, “mobiles apps” “ICTs; Psychology 2.0”, “Health 2.0”,“ePatients”, “smartphone”, “treatments”, “technological Internet” y “virtual reality”.
Los criterios de inclusión empleados fueron:
- Artículos escritos en español e inglés.
- Artículos publicados de enero 2008 – diciembre 2018.
- Estudios de intervenciones en problemas de ansiedad a través del uso de las TIC.

Los criterios de exclusión fueron, en consecuencia, no cumplir con los criterios de inclusión establecidos.
De los resultados de la búsqueda bibliográfica se identificaron 435 artículos de las bases de datos y 54 citas adicionales identificados en otras fuentes. De los cuales 35 fueron descartados por aparecer duplicados. A partir de la lectura del título y del abstract se excluyeron 315 artículos por tener un objetivo diferente al de la presente revisión. Además, se descartaron 2 estudios por estar publicados en un idioma distinto al castellano o al inglés. Por otro lado, en el árbol de búsqueda presentado en la figura 1 se observa que 117 estudios se descartaron por no incluir una intervención a través de las TIC para el trastorno de ansiedad. Finalmente se seleccionaron 22 estudios que cumplían con todos los criterios de inclusión establecidos (tabla 1).

En la tabla 2, al final del artículo, se recoge la descripción de los 22 estudios incluidos en esta revisión. La tabla 3, ver final del artículo, describe brevemente cada uno de los programas de intervención aplicados.
En cuanto a los países en los que se han realizado los diferentes estudios, como se observa en la tabla 2, de los 22 estudios totales, 5 de ellos se llevaron a cabo en Suecia (Ekberg et al., 2011; Hedman et al., 2013; 2011; Lindner et al., 2013; Ly et al., 2012), 4 estudios se llevaron a cabo en diferentes estados de los Estados Unidos (Gary y Amresh, 2017; Mohr et al., 2017; Pramana et al., 2018; Pramana et al., 2014), 8 estudios se realizaron en Australia (Spence et al., 2011; Christensen et al., 2014; Proudfoot et al., 2013; Spence et al., 2011) Italia (Grassi et al., 2009; Pallavicini et al., 2009; Villani et al., 2013) y Reino Unido (Christoforou et al., 2017; Pham et al., 2016). Los 5 estudios restantes se realizaron en Suiza, Canadá, España, Rumanía y Dublín.
En relación a las muestras empleadas, sumando las muestras de los 22 estudios revisados, la muestra de sujetos asciende a 2.979 personas, que han participado en diversos programas de intervención para reducir los síntomas de ansiedad, que contenían como parte principal o secundaria, la intervención con TIC. El estudio con menor muestra cuenta con 5 sujetos (Benta et al., 2015), mientras que el estudio con mayor número de sujetos tiene 720 (Proudfoot et al., 2013). Las personas que han participado en los estudios analizados presentaban los siguiente trastornos de ansiedad: Trastorno de Ansiedad Generalizada (Christensen et al., 2014; Ekberg et al., 2011; Gary y Amresh, 2017; Grassi et al., 2009; Hedman et al., 2013; Ly et al., 2012; Mohr et al., 2017; Pallavicini et al., 2009; Pramana et al., 2014; 2018; Proudfoot et al., 2013; Spence et al., 2011; Villani et al., 2013; Wozney et al., 2015), Ansiedad social, Ansiedad por separación (Hedman et al., 2011; Linder et al., 2013; Per Carlbring et al., 2007; Pramana et al., 2014; 2018; Spence et al., 2011; Stolz et al., 2018) Fobia específica (Campos et al., 2016; Spence et al., 2011), Agorafobia (Christoforou et al., 2017) Trastorno de pánico (Linder et al., 2013; Pham et al., 2016).
Todos los estudios que se han tenido en cuenta incluyen tantos sujetos menores de 18 años (con el consentimiento y acompañamiento de sus progenitores) o mayores de 18, pero ningún estudio cuenta con una muestra de edad superior a 50 años.
Los 22 estudios seleccionados indican tanto el tamaño de la muestra como el rango de edad de la misma. Además, cada estudio tiene sus propios criterios de inclusión. En este sentido, los 22 estudios incluyen como criterio de inclusión presentar algún tipo de trastorno de ansiedad y, como criterio de exclusión, acudir en ese momento a algún tipo de terapia o haber acudido anteriormente a terapia psicológica.
En cuanto al tiempo empleado, cada tipo de intervención tiene su duración. Los tiempos van desde una semana de intervención (Benta et al., 2015) hasta los 3 meses (Ekberg et al., 2011), aunque la mayoría de las intervenciones, tienen una duración de entre 4-12 semanas. La duración de las sesiones oscila entre 10 minutos (Grassi et al., 2009) y 60 minutos (Spence et al., 2011). Cinco intervenciones especifican su duración (Ekberg et al., 2011; Gary y Amresh, 2017; Grassi et al., 2009; Hedman et al., 2011; Spence et al., 2011), mientras que los 17 estudios restantes no indican la duración de las sesiones, únicamente el número y la cantidad de sesiones por semanas. Respecto a las medidas PRE, POST y el seguimiento, 12 estudios incluyen las tres medidas, mientras que 10 solo han medido las variables deseadas PRE y POST intervención. De todos estos estudios 18 incluyen grupo experimental y grupo control, el resto de los estudios no especifican los grupos formados. En la tabla 2 se observa que 11 de los estudios siguen una metodología de ensayo clínico randomizado y 11 estudios no. Todos los estudios revisados son estudios cuasiexperimentales, ya que no hay control absoluto de todas sus variables, y puede que los resultados estén afectados por otras variables extrañas que no han sido controladas. Los estudios miden diferentes constructos, algunos se centran en los efectos de la intervención sobre los síntomas de ansiedad, mientras que otros centran su interés en el impacto de la intervención sobre la calidad de vida. Por último, otros estudios valoran estas dos variables. Además, no se utilizan los mismos instrumentos de medida para el mismo constructo en los diferentes estudios.
En los estudios analizados se han obtenido diferentes resultados de eficacia de las intervenciones según el tipo de trastorno que padecía la muestra de sujetos. Los sujetos con Trastorno por ansiedad social en los estudios de Benta et al. (2015), Hedman et al. (2011), Per Carlbring et al. (2007) y Stolz et al. (2018) mostraron mejoras significativas en ansiedad social, miedo y evitación haciendo uso de las TIC. Estas personas mostraban un alto bienestar y al final de la intervención no cumplían con el diagnóstico de ansiedad social. En los sujetos con Fobias específicas de los estudios de Campos et al. (2016) y Spence et al. (2011) mostraron beneficios significativos, además de una reducción de la ansiedad y obtuvieron mayores mejorías en el funcionamiento general. Además, se superaron las barreras que limitan a los sujetos a exponerse generando una mayor adherencia y menor tasa de abandonos. En los sujetos con Trastorno de Ansiedad Generalizada de los estudios de Christensen et al. (2014), Ekberg et al. (2011), Gary y Amresh (2017), Grassi et al. (2009) Hedman et al. (2013), Ly et al. (2012), Mohr et al. (2017), Pallavicini et al. (2009) Pramana et al. (2014), Proudfoot et al. (2013), Villani et al. (2013) y Wozney et al. (2015) mostraron preferencias por el uso de las TIC en las intervenciones, produciendo altos niveles de satisfacción. Se mostraron reducciones significativas en los niveles de ansiedad, así como un aumento del nivel de relajación tras el uso de las TIC. En la misma línea, el uso de las TIC demostró mejorías moderadas en los niveles de ansiedad y depresión en general. Al final del tratamiento los sujetos cumplieron con los criterios de remisión completa o sin síntomas de ansiedad, además, las mejorías que se obtuvieron durante las intervenciones se mantuvieron en el seguimiento. Estos estudios, señalan que las aplicaciones móviles como intervenciones mHealth, pueden ser eficaces en la reducción de los niveles de ansiedad.
En los sujetos con Agorafobia en el estudio de Christoforou et al. (2017) mostraron que al inicio hubo un alto nivel de evitación agorafóbica severa, pero tras el uso de la app “Agoraphobia Free” hubo mejoras estadísticamente significativas en la gravedad de los síntomas. En los sujetos con Trastorno de Pánico de los estudios de Lindner et al. (2013) y Pham et al. (2016) mostraron que los sujetos tuvieron puntuaciones mejoradas en ansiedad, pánico, hiperventilación y calidad de vida, gracias al uso de las apps e Internet. Finalmente, los sujetos con Trastorno de Ansiedad por Separación de los estudios de Pramana et al. (2018) y Spence et al. (2011) mostraron que hubo beneficios significativos, reducciones significativamente mayores en los niveles de ansiedad, así como una mejora en el funcionamiento general. Los sujetos se mostraron más motivados gracias al entorno interactivo y divertido que generan las aplicaciones móviles, haciendo uso de las aplicaciones, y encontrándola útil cuando experimentaban ansiedad.
Uno de los objetivos del presente trabajo fue realizar una revisión de los estudios acerca del uso de las TIC como elemento terapéutico en el tratamiento de los problemas de ansiedad. La mayoría de ellos, no estudiaban los trastornos de ansiedad de manera aislada, sino que lo hacían junto con los trastornos depresivos. Todos los estudios que se han revisado (Campos et al., 2016; Christensen et al., 2014; Christoforou et al., 2017; Ekberg et al., 2011; Gary y Amresh, 2017; Grassi et al., 2009; Hedman et al., 2011; 2013; Linder et al., 2013; Ly et al., 2012; Mohr et al., 2017; Pallavicini et al., 2009; Pham et al., 2016; Per Carlbring et al., 2007; Pramana et al., 2014; 2018; Proudfoot et al., 2013; Spence et al., 2011; Stolz et al., 2018; Villani et al., 2013; Wozney et al., 2015) han utilizado las TIC como parte complementaria al tratamiento tradicional, e incluso en algunos casos las TIC tenían mayor visibilidad, siendo la parte central y clave del tratamiento.
Con esta revisión se buscaba encontrar respuesta a algunas preguntas. En cuanto a los participantes nos preguntábamos si son eficaces las intervenciones que emplean las TIC en el tratamiento de los problemas de ansiedad en personas de cualquier edad. Los estudios revisados no incluyen personas mayores de 50 años, por lo que los resultados no son generalizables a toda la población. De los 22 estudios sólo 5 de ellos incluían a menores de edad. Son necesarios estudios en este sentido con población menor de edad y mayor de 50 años.
En cuanto a las intervenciones pretendíamos conocer cuáles son las TIC que se emplean en el tratamiento de los problemas de ansiedad. Esta revisión ha puesto de relieve que son muy variados los tipos de TIC que se han empleado en el tratamiento de los problemas de ansiedad, que van desde un asistente a través de móvil, tratamiento basado en internet, a diferentes Apps. Respecto a las comparaciones entre los diferentes estudios analizados nos preguntábamos al inicio por los componentes que incluyen las intervenciones que emplean las TIC en el tratamiento de los problemas de ansiedad. Como se ha descrito en la tabla 2, los 22 estudios difieren en muchos aspectos: número y edad de los participantes, tipo de trastorno de ansiedad objeto de estudio, tipo de intervención (basada en una App, internet, realidad virtual, etc.), diseño, variables de cambio e instrumentos de evaluación elegidos, entre otros. Todas estas diferencias dificultan poder extraer conclusiones sólidas acerca de la eficacia del uso de las TIC en el tratamiento de los problemas de ansiedad.
En la introducción de este artículo nos preguntábamos: de las intervenciones que emplean las TIC en el tratamiento de los problemas de ansiedad ¿cuáles son eficaces? Teniendo en cuenta las limitaciones de los estudios antes descritas, se puede concluir que los resultados obtenidos en la presente revisión indica que el uso de las TIC en terapia, como herramienta terapéutica, puede ser un componente eficaz para reducir la sintomatología ansiosa. En este sentido, los resultados de los estudios revisados apuntan a mejoras en los síntomas de ansiedad empleando intervenciones basadas en las TIC (Campos et al., 2016; Christensen et al., 2014; Christoforou et al., 2017; Ekberg et al., 2011; Gary y Amresh, 2017; Grassi et al., 2009; Hedman et al., 2011; 2013; Linder et al., 2013; Ly et al., 2012; Mohr et al., 2017; Pallavicini et al., 2009; Pham et al., 2016; Per Carlbring et al., 2007; Pramana et al., 2014; 2018; Proudfoot et al., 2013; Spence et al., 2011; Stolz et al., 2018; Villani et al., 2013; Wozney et al., 2015). Por otro lado, la mayoría de los estudios muestran que las aplicaciones de prevención e intervención en los problemas de ansiedad son valoradas positivamente por los usuarios. Éstos se muestran más motivados y con más probabilidades de participar en el aprendizaje de habilidades de terapia cognitivo-conductual (TCC) utilizando un entorno de aprendizaje interactivo, como son los juegos. Gracias a las TIC los estudios muestran una disminución significativa del nivel de ansiedad en el tiempo, así como eficacia, para mejorar su bienestar en situaciones de estrés de la vida cotidiana. Uno de los estudios de la revisión (Pramana, et al., 2014) muestra incluso que la aplicación “SmartCAT puede integrarse con éxito en la TCC con niños con trastornos de ansiedad.
Respecto al diseño de los estudios nos preguntábamos si seguían una metodología de ensayo clínico randomizado y encontramos que 11 de los estudios siguen una metodología de ensayo clínico randomizado y 11 estudios no. Una vez más hay que tomar con cautela los resultados de esta revisión, ya que la mitad de los estudios no cumplen los criterios de calidad en este sentido.
Por otro lado, algunos estudios se han llevado a cabo en una muestra de personas que presentaban únicamente algún trastorno de ansiedad, en cambio, otros estudios muestran que los usuarios presentan otro tipo de trastorno como es el caso de la depresión (Proudfoot et al., 2013; Mohr et al. 2017; Ly et al., 2012). La ventaja de que los estudios únicamente presenten el trastorno de ansiedad es que el tratamiento utilizado se puede adaptar de manera más concreta y mejor al trastorno que se está tratando.
Todos los estudios se han realizado de manera individual (previa distribución al azar según la condición de tratamiento) (Campos et al., 2016; Christensen et al., 2014; Christoforou et al., 2017; Ekberg et al., 2011; Gary y Amresh, 2017; Grassi et al., 2009; Hedman et al., 2011; 2013; Linder et al., 2013; Ly et al., 2012; Mohr et al., 2017; Pallavicini et al., 2009; Pham et al., 2016; Per Carlbring et al., 2007; Pramana et al., 2014; 2017; Proudfoot et al., 2013; Spence et al., 2011; Stolz et al., 2018; Villani et al., 2013; Wozney et al., 2015). El periodo temporal de las intervenciones realizadas en los diferentes estudios, no parece que influya en los resultados, ya que cada uno de los programas tiene efectos similares, mostrando resultados favorecedores para el uso de las TIC en el tratamiento de la ansiedad. En la mayoría de los casos hay mejoras a nivel de salud psicológica (remisión completa o sin síntomas de ansiedad) y física, además de un mejor funcionamiento general, manteniéndose los efectos en el seguimiento. Los criterios de inclusión de cada estudio son razonables teniendo en cuenta la muestra con la que se quiere trabajar y, aunque la mayoría no cuentan con una gran cantidad de requisitos, uno de ellos es fundamental: presentar diagnóstico de trastorno de ansiedad y no haber recibido terapia psicológica anteriormente, lo que hace que limite la muestra lo suficiente.
De la revisión realizada se concluye que es muy importante que los profesionales que lleven a cabo intervenciones para reducir los síntomas de ansiedad desde la telepsicología estén bien formados y especializados en el uso de las TIC. En la mayoría de los estudios revisados se hace explícito que el terapeuta está bien cualificado para realizar la intervención, además de incluir a otros profesionales para la supervisión de los terapeutas. Estos profesionales también llevan a cabo el seguimiento de los usuarios, obteniendo así resultados muy positivos en todos los casos.
El avance de las TIC aplicadas a la evaluación e intervención psicologica es un hecho que está aumentando de manera progresiva. Entre las ventajas del empleo de las TIC en este contexto nos encontramos con que permiten aumentar la motivación al cambio en los usuarios, permite una mayor accesibilidad a los recursos de salud, y facilita una mayor percepción de control en el caso de la técnica de exposición, pudiendo personalizar cada escenario virtual a las necesidades de la persona. Estas herramientas nos ofrecen asistencia para realizar las tareas, así como obtener un feedback de los posibles riesgos que los usuarios pueden experimentar, o adquirir y entrenar nuestras capacidades a través de actividades interactivas gracias a las aplicaciones.
Sin embargo, existen limitaciones que tenemos que tener en cuenta, como puede ser la incertidumbre del profesional que hay detrás “¿quién se encuentra al otro lado?”. Importante destacar una de las mayores limitaciones que podemos encontrarnos y que es clave en la terapia psicológica, la relación terapéutica. En este sentido, las nuevas tecnologías pueden suponer una barrera a la hora de realizar terapia, ya que pueden llevar a una falta de espontaneidad en la relación terapeuta-paciente. Otro de los grandes obstáculos que presenta el uso de las TIC son los costes económicos, en el caso concreto de la realidad virtual y la realidad aumentada, suponen un coste elevado, que muchos profesionales e incluso instituciones no pueden asumir, aumentando el rechazo hacia su uso por parte de los profesionales, ya que, aunque los datos muestren mejoras significativas, no están al alcance de muchos.
A pesar de ello, haciendo un balance entre las aportaciones de las nuevas tecnologías y sus limitaciones, es evidente que los beneficios superan a las limitaciones, ya que garantizan una mejora en la terapia y en la salud de los pacientes, haciendo que, concretamente en el caso de los trastornos de ansiedad, aumente la calidad de vida del paciente. A pesar de las dificultades, es inevitable la eficacia prometedora del uso de aplicaciones móviles o las terapias basadas en Internet como intervenciones de mHealth y que resultarán un indudable y prometedor futuro.
A pesar de las ventajas del uso de las TIC en el contexto clínico, se sabe que este tipo de herramientas tiene un uso reducido en la terapia psicológica, por lo que es necesario en línea futuras seguir realizando investigaciones, con el fin de comprobar si la adopción de las TIC será satisfactoria para todos los grupos de edad, para los diferentes países, diferentes tipos de trastornos o incluso para el uso de las TIC por parte de los familiares ya que estos pueden identificar las señales de riesgo de manera más rápida. Sin duda estas investigaciones tienen que ir con un fin concreto, como es el aumento en la calidad de vida de las personas.
Para poder tener una visión óptima hacia el futuro será necesario estudiar la eficacia de las TIC en la intervención con niños y personas mayores, adaptar las apps existentes a las personas mayores, niños, personas con alguna discapacidad y estudiar la eficacia de las aplicaciones actuales. Una vez hecho esto, será necesario traducir al castellano estas aplicaciones y realizar cursos de formación a los profesionales de la salud en el uso de las TIC, además de incluir esta forma de intervención en los programas de formación universitaria en Psicología tanto en la evaluación como en el tratamiento de los problemas de ansiedad. Por otro lado, es importante mejorar las garantías éticas y científicas del uso de las TIC en el tratamiento de los problemas de salud mental, así como mejorar la garantía de los derechos de protección de datos en el uso de las TIC en la evaluación y tratamiento de los problemas de ansiedad. Finalmente, sería conveniente incluir en los códigos deontológicos de la profesión del psicólogo aspectos relacionados con la evaluación y tratamiento de los problemas de ansiedad a través de las TIC.
Finalmente, debido al gran potencial que muestran las TIC en el ámbito de la psicología clínica y que seguirán siéndolo en un futuro, es clave dar a conocer a los profesionales de la salud todas las oportunidades que ofrecen para el tratamiento de los diferentes tipos de trastornos, así como una continua investigación para aumentar el número de tratamientos y tipos de trastornos a los que se dirigen. Un buen ejemplo de esfuerzo en este sentido es la reciente publicación de la Guía para la práctica de la telepsicología publicada por el Consejo General de la Psicología en España, y la Guía para la intervención Telepsicológica del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid. En el futuro deberemos adecuar cada vez más nuestro sistema sanitario para dar sustento a los recursos de telepsicología.
Para más información: https://www.revistaclinicacontemporanea.org/art/cc2020a8
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¿Por qué no puedo prestar atención?
El 26 de octubre fue el día del TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad). En nuestra sociedad actual cada vez más niños y niñas son diagnosticados con este trastorno.
El TDAH cursa con síntomas como la falta de concentración, dificultad para mantener la atención en una misma tarea durante un largo periodo de tiempo, impulsividad, desorganización, actividad motora excesiva, baja tolerancia a la frustración, etc.
Estos niños normalmente son los ‘’que molestan’’ en clase, y la realidad es que en los colegios los docentes no suelen contar con herramientas psicológicas para dar una atención adecuada e individualizada a estos niños, niños que en los centros escolares son conocidos como alumnos con necesidades educativas especiales.
Aquí os dejamos algunas pautas de trabajo con estos niños/as que quizás os puedan ayudar:
- Se concentran mejor en lugares con pocos estímulos
- Necesitan instrucciones concretas y claras, y es mejor si están escritas o se dicen en voz alta varias veces.
- Es importante para ellos estructurar bien el trabajo y organizarlo todo en pequeños pasos o listas.
- Les ayuda mucho realizar ejercicios de estimulación que impliquen trabajar la memoria y la atención sostenida, selectiva o alternante (Ej. mémoris, buscar diferencias, hacer series, laberintos, etc.)
- Agradecen algunos momentos de relajación o mindfulness, así como la atención y validación de sus emociones.
Es importante la paciencia y la comprensión con estos niños. Sabemos que es una tarea muy complicada por eso en caso de necesitar ayuda no dudes en contactar con nosotros, pues contamos con equipo especializado en psicología educativa y el trabajo con población infantojuvenil.
Psicóloga Silvia Sánchez Torres
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Cómo promover una buena autoestima
Tener una baja autoestima no sólo significa mirarse al espejo y no gustarse.
Mejorar el autoestima no es nada fácil, y parte de tener clara cuál es tu identidad, quién eres, cuáles son tus recursos y hacia dónde vas.
Pero hay algunas cosas a tener en cuenta que ayudan en la reflexión y compromiso sobre el amor hacia uno mismo.
Ten claro cuál es tu valor como persona. Cuáles son tus fortalezas, tu don, aquello que puedes dar al mundo. Todos tenemos un valor como personas. A veces nos fijamos sólo en nuestras limitaciones y defectos y esto se nos olvida, se nos olvida ver todo lo bueno que somos y tenemos.
Esto tiene mucho que ver con confiar en lo que haces, en que puedes hacerlo, y eso no significa que vaya a ser fácil, ni si quiera que lo vayas a conseguir, pero tienes que creer que puedes intentarlo y que muchas cosas desde ese intento las conseguirás, y que el fracaso no es fracaso si hay aprendizaje en él.
Pero sobre todo no seas tan duro/a contigo mismo/a. Permítete fallar, no tienes que ser perfecto, nadie lo es. No te juzgues, mejor comprender por qué te pasa esto o aquello, o porqué actuaste de una forma u otra para acompañarte y mejorar, no para ponerte tu propia zancadilla.
Aquí os dejamos algunos ‘’tips’’ para promover una autoestima sana:
- Ten claro cuál es tu valor como persona.
- Confía en ti. Aprende a creer en lo que haces.
- Decir ‘’no’’ de vez en cuando te ayuda a protegerte.
- No seas tan duro/a contigo mismo/a.
- Dedica tiempo a conocerte. Haz una lista de tus fortalezas.
- Mírate al espejo y date un mensaje de ánimo.
- Dedica tiempo a cuidarte, a mimarte.
- Asume tu propia responsabilidad, no culpes a los demás.
- Deja de esperar el reconocimiento de los demás, reconoce tú, tus propios méritos.
- Siéntete libre para pensar, decidir y actuar.
Cuida tu autoestima.
Psicóloga Silvia Sánchez Torres
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No hay salud sin salud mental
El 10 de octubre fue el Día de la Salud Mental, y yo creo que en este momento en el que la sociedad se encuentra, es imprescindible tomar conciencia de la importancia de cuidar la mente y el alma.
Durante el confinamiento por el Covid-19 los medios de comunicación nos mostraban la importancia del estado emocional tan crítico que tenían por un lado los sanitarios por el trauma que supone vivir situaciones como las que se han dado en los centros hospitalarios, y por otro lado esa especie de pánico general que casi todos hemos sentido en algún momento durante la cuarentena, que ojalá sólo hubieran sido cuarenta días.
Hemos visto a los psicólogos salir a la calle, hacer terapia gratuita online, moverse a través de las redes sociales para dar apoyo a la gente que se encontraba en sus casas. Hemos visto a los psicólogos acudiendo a los hospitales como IFEMA para dar acompañamiento a los enfermos y al personal sanitario que tan mal lo estaba pasando.
De repente, el estado emocional de las personas importa.
Desde hace siglos arrastramos los estigmas propios de la Salud Mental, esos mimos que hacen que no le demos tanta importancia a eso de cuidarse por dentro. Es importante entender que uno va al psicólogo cuando siente que hay algo en su vida que no es capaz de afrontar solo/a y entonces decide pedir ayuda, y eso, no tiene nada que ver con estar loco. Es más, si algo dice de ti ir a terapia, es que eres muy valiente, porque hay que ser muy valiente para ponerte delante de una persona que no conoces de nada a desnudar tu alma.
Así que, que todos los días la salud mental sea una prioridad, porque la realidad es que, no hay salud sin salud mental.
Psicóloga Silvia Sánchez Torres
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ADICCIÓN A LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS: INTERNET Y SUS REDES SOCIALES
Internet puede definirse como un conjunto de ordenadores que comparten datos y recursos y permite a las personas, comunicarse entre sí en cualquier parte del mundo. Internet permite interaccionar con otros desde el anonimato, lo cual hace que la comunicación tenga una característica diferente, la desinhibición (Greenfield, 1999), esto permite perder la vergüenza y el miedo a expresarse, dando a la persona libertad y protección al mismo tiempo.

En relación con las adicciones en general Alonso-Fernández (1996) señala que los problemas aparecen (y también respecto a Internet) cuando «existe una absoluta necesidad de desarrollar esa actividad y se experimenta ansiedad si no se lleva a cabo«.
La adicción a Internet puede considerarse una adicción específicamente psicológica (como la adicción al sexo, las compras, el trabajo, los videojuegos, la televisión, etc…), con características comunes a otro tipo de adicciones.
Algunos datos muestran la cantidad de problemas a internet que surgen, por ejemplo, en EEUU, 400.000 norteamericano afectados por el desorden de adicción a internet, frente a una población de 20.000.000 de norteamericanos, sobre todo afectaría a los jóvenes varones con alto nivel educativo y hábiles en el uso de la tecnología.
¿Qué es lo que llama la atención? ¿a qué se hacen adictos? ¿es al contenido, o a internet en sí? Pues bien, según Young (1997) son varios los refuerzos y otros mecanismos psicológicos que llevan a la formación del hábito:
- Aplicaciones adictivas: Se encuentra que las aplicaciones que más poder adictivo tienen son las que permiten al usuario interaccionar con otros. Al parecer, si hay algo que diferencia a los usuarios dependientes de los que no lo son es el tipo de aplicaciones que utilizan. Los usuarios no dependientes usan Internet para encontrar información y mantener relaciones preexistentes, mientras que los dependientes la usan para socializarse y conocer nueva gente, para implicarse en un grupo. De acuerdo con esto se determinan tres principales áreas de reforzamiento: apoyo social, realización sexual y creación de un personaje.
- Apoyo social: Los grupos se forman rápido en el ciberespacio. Las visitas continuadas a un determinado chat hacen que se establezca una intimidad con los demás miembros, alentada por la desinhibición que se muestra en la red. Esta desinhibición es consecuencia directa del anonimato que proporciona la comunicación mediada por ordenador. Estos grupos llenan la necesidad de apoyo que tenga la persona en situaciones estresantes de enfermedad, jubilación o divorcio.
- Creación de personalidad ficticia: Internet permite crear una personalidad virtual modificando las propias características físicas que en el mundo real son inamovibles. Es una forma de reinventarse a sí mismo, de cubrir necesidades psicológicas previamente no afrontadas enmascarando la inseguridad interpersonal. Dos de estas necesidades psicológicas son la expresión de un rasgo de personalidad reprimido y los sentimientos de reconocimiento y poder.
- Personalidades reveladas: Internet puede ayudar a sacar a la luz aspectos de la personalidad que estaban ocultos o reprimidos, como puede ser la agresividad. Una vez sacados a la luz, se debe de aprender a incorporarlos a la propia personalidad y no limitar esos roles al ciberespacio.
- Reconocimiento y poder: Este es un elemento que se deriva de los juegos, en los que se crea un personaje que va aumentando su poder a medida que consigue puntos, pudiendo llegar al liderato de otros jugadores subordinados.


RELAJACIÓN PARA LOS MÁS PEQUES
La técnica de relajación de Koeppen consiste en ayudar a los niños a identificar sus diferentes grupos musculares y aprenden a tensarlos y destensarlos. Esto generará que tengan un estado de relajación mayor y que, puedan utilizar de forma fácil y rápida una técnica para relajarse. Es fácil de aprender y puede entrenarse desde edades muy tempranas.

La técnica consiste en explicarles a los niños que se va a realizar un juego, para que aprendan diferentes formas que tiene su cuerpo de trabajar y actuar. Pueden estar sentados o tumbados en un sitio tranquilo y sin ruidos.
El juego del limón![]() | Con este juego, trabajarán los grupos musculares de las manos y los brazos. Se le indica que debe imaginar cómo aprieta con una mano un limón para que salga todo el zumo durante unos segundos. Después que lo debe dejar caer de su mano. Se hace primero con una mano varias veces y después con la otra. |
El juego de la tortuga![]() | Aquí se trabajan hombros y cuello. Explicaremos al niño que es una tortuga que está muy tranquila, pero que de pronto pasa un animal que les da miedo, y que deben esconderse dentro de su caparazón, haciéndolo con sus hombros y su cuello encogidos. Después el peligro pasa y ellos salen. Así varias veces. |
El juego del barro![]() | Para trabajar las piernas, lo ideal es imaginar que se mueven por un sitio lleno de barro que les impide andar. Después andan por un sitio sin barro. |
El juego del chicle![]() | Deben imagina que mastican un chicle muy grande, y que después ese chicle ya no está. Haciéndolo varias veces, logran relajar la mandíbula. |
El juego de la mosca![]() | Si queremos que relajen la cara, les diremos que hay una mosca que se va posando en su nariz, su frente, sus ojos y su cara. Para espantarla, deberán intentar tensar y mover esas zonas. |
Desde nuestro Gabinete la relajación tanto para niños como para adultos es un requisito imprescindible para estar sanos mentalmente. Aprender en la infancia cómo relajarse o cómo gestionar sus emociones, hará que fluyan mejor en el futuro y se relacionen de una forma más tranquila.
Natalia Regidor Mecha
Psicóloga Colegiada (M-34438)
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PREVENCIÓN SUICIDIO
¿Qué es?
El suicidio o los intentos de suicidio, son para muchas personas una vía de escape a una situación que se vive como extremadamente angustiosa y extrema.

Suele afectar en mayor medida a personas que tienen problemas del estado de ánimo y personas con problemas de abuso de sustancias, concretamente personas con problemas de abuso de alcohol.Existen muchos factores sociales que pueden afectar en el deseo de suicidarse; algunos estudios indican que se encuentran muchos más casos de suicidio entre personas que están solteras, viudas o divorciados y que han tenido pérdida o fracaso en las relaciones amorosas dentro del último año. También se suelen cometer mucho más en el medio urbano. Un factor social importante que media en el deseo de suicidarse es haber perdido recientemente el empleo o un rol social importante (Por ejemplo, dejar de ser el líder de un grupo, dejar de ser jefe). También son personas que se encuentran es situaciones de problemática familiar grave.
El suicidio es prevenible. De hecho, no enfrentamos a un problema que, por su propia naturaleza, solo puede ser abordado desde la prevención. Aun así, constituye uno de los problemas más importantes de la salud pública mundial.
El suicidio no es algo que ocurra en el vacío, sino que tiene lugar en un contexto específico y en unas circunstancias determinadas de la vida de una persona, en las que la desesperanza y el sufrimiento cobran especial relevancia. Para poder entender el suicido es importante hacer referencia al entorno cultural en el que nos encontramos. Vivimos en una sociedad que penaliza las emociones negativas, la desdicha o el sufrimiento. Vivimos en una sociedad cada vez más individualizada, en la que aumenta el número de personas solitarias que viven desprovistas de las certezas y los vínculos, que hace algunas décadas proveían la familia nuclear y extensa, lo que genera desesperanza y el abismo del suicidio.
Factores
- Factores de riesgo personalestales como intentos de suicidio previo, presencia de un trastorno mental (con especial atención a la depresión, como comenté previamente), trauma o abuso en la infancia, dolor crónico, desesperanza, antecedentes familiares de suicidio
- Factores biológicos, pérdida de empleo o dificultades económicas
- Factores relacionalescomo la presencia de conflicto, aislamiento y falta de apoyo social
- Factores comunitarioscomo desastres naturales y conflictos armados, discriminación y estrés por migración
- Factores socialescomo el estigma asociado a la búsqueda de ayuda psicológica y las dificultades de acceso a la atención sanitaria.
¿Cómo podemos ayudar?
Desde el Gabinete de Psicología una de las primeras premisas que explicamos es que hay una creencia errónea muy extendida que considera que hablar sobre el suicidio incita a suicidarse, y es todo lo contrario, hay que hablar sobre lo que ha ocurrido, hay que preguntar a esa persona si desea repetirlo. Por ello, aconsejamos que se hable sobre el tema y se evalúe, igual que lo evaluamos nosotros, preguntándole directamente si tiene esa idea, si está especialmente triste, si le parece que la vida no tiene sentido, la familia puede hablar sobre el tema en vez de negarlo.
Otra de las recomendaciones y consejos, es que estén atentos, porque haber tenido un intento de suicidio es un factor de riesgo para tener un segundo intento, y lo que se ha visto es que un porcentaje altísimo de las personas que intentan suicidarse lo han comunicado previamente de alguna manera. Por eso, es imprescindible estar atentos, porque hay mucha tendencia a creer que es una manipulación y no es así.
Pasos importantes a seguir:
1. Concertar una cita de seguimiento con un profesional de salud mental lo antes posible (psicólogo y psiquiatra). Si te resulta difícil buscar esta ayuda por tu cuenta, recurre a un amigo o familiar para que te ayude a gestionarla.
2. Pedir información sobre lo que te ha ocurrido, las consecuencias y el tratamiento recibido. 3. Pedir información y buscar recursos o asociaciones de tu zona donde puedan darte orientación y apoyo.
4. Crear un PLAN DE SEGURIDAD La finalidad de este plan es reducir el riesgo de realizar otro intento. Lo mejor será que lo redactes para que lo tengas a mano cuando lo necesites. Puedes contar con la ayuda de tu psicólogo, tus familiares o amigos para su redacción.
¿Cómo elaboro mi PLAN DE SEGURIDAD?


¿MIEDO POR LA VUELTA AL COLE?
La vuelta al cole ya está aquí y con la situación sanitaria tan complicada que hemos vivido y seguimos viviendo, aparecen esos miedos e incertidumbres tanto por parte de los adultos, pero también por parte de nuestros peques.
Es bien cierto que las familias han tenido y siguen teniendo una infinidad de dudas sobre cómo se reanudarán las clases en la forma que sea más segura para sus hijos, pero aun así por muchas medidas que se tomen, será una pregunta que nos rondará a todos ¿cómo evitaremos los contagios?
Compañeros de profesión abordaban que el tema de los contagios está en boca de todos, pero hay que tener en cuenta que a todo esto, eso se suma que los niños vuelven a las clases sí, pero teniendo en cuenta que han pasado su último trimestre en casa, junto con las vacaciones de verano, por lo que han estado durante mucho tiempo separados del ámbito escolar, de sus iguales, de sus profesores, de sus rutinas habituales. Todos los años ya hay algunos peques que les costaba la vuelta al cole y separarse de sus padres, este inicio de curso puede ser más complicado aún porque provocará esas emociones tan desagradables que no nos gusta nada vivir como son el miedo y la ansiedad.

Con todo esto no hay que alarmarse, todos los compañeros de profesión, como son los psicólogos, los maestros y educadores, estamos de acuerdo en que se va a ser muy favorable su vuelta al cole, retomar de nuevo sus rutinas y sus hábitos ya que son imprescindibles para ellos. Los niños necesitan socializarse con sus iguales, el contacto con otros niños y con los profesores es imprescindible para que progresen en sus capacidades de comunicación oral y escrita, resolución de problemas, autoconfianza, empatía, curiosidad entre otras.
Además, la vuelta al cole hará que aprendan y aprendamos todos a convivir con la pandemia, es verdad que cada uno tiene sus periodos de adaptación, pero, al fin y al cabo, no nos queda otra que adaptarnos a los acontecimientos que tenemos a día de hoy. Aprenderán a relacionarse con prudencia y precaución.
Desde nuestro Gabinete de Psicología, siempre recordamos y aconsejamos a los padres que no podemos transmitir nuestros miedos y emociones a nuestros hijos, por eso es importante que los padres refuercen la idea de que volver a clase es positivo, tanto para combatir con sus propios miedos, incertidumbres y angustias como para facilitar la gestión de las emociones y la recuperación de los hábitos escolares.
La clave es vivir el presente y no dejarse arrastrar por los pensamientos y planificaciones a medio o largo plazo. La base para facilitar la vuelta, como comento anteriormenteradica en que los padres empiecen por controlar su miedo, por asumir que el riesgo cero de contagio no existe, ni aunque los niños se queden en casa, porque los adultos trabajan, se relacionan, y por entender que la vuelta a las aulas es fundamental para el desarrollo de sus hijos.
Ahora bien, desde la calma, es cuando se puede ayudar a los más peques sobre sus inseguridades sobre el inicio del curso para que sea mucho más amena y llevadera la vuelta a la rutina del cole. Tratemos de transmitir seguridad, facilitar su adaptación y tranquilizar sin negar la realidad.
Entendemos que todo esto no es nada fácil, así que mucha fuerza y animo a todos esos papás y mamás en este camino tan difícil que toca vivir.
Natalia Regidor Mecha
Psicóloga Colegiada (M-34438)
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SÍNDROME DEL CUIDADOR
Actualmente, vivimos en una situación de alarma sanitaria, causada por el coronavirus, que comporta cambios de rutinas, actividades y hábitos de la vida en general. Si la situación de cuidar de una persona dependiente antes ya era un gran trabajo para el cuidador, esto se ha vuelto aún más complicado a causa del Covid-19.
¿Cuáles son los síntomas?

Es necesario para nuestra salud mental que le demos a esta situación una visión más positiva dentro de la realidad. Nos ayudará a relajarnos, a evitar estados de ansiedad y a controlar el miedo. En estos momentos debe prevaler la autoprotección, la de nuestros seres queridos, la de los grupos más vulnerables y de la sociedad en general.
Debemos seguir afrontando la situación con tranquilidad y serenidad, ya que la situación en varios ámbitos, tanto a nivel personal como a nivel global, puede conducirnos a un alto nivel de estrés y ansiedad que debemos gestionar.
La convivencia familiar no siempre es fácil y con un familiar dependiente a tu cargo puede hacer más complicado. Esta situación requiere paciencia, empatía y mucho autocuidado.
Os dejamos algunas recomendaciones psicológicas sobre cómo cuidar del cuidador:
- Reconocer la necesidad de ayuda y aceptar situaciones límite.
- No hay que olvidarse de uno mismo
- Ir al médico si se está enfermo
- Tratar de seguir realizando actividades placenteras y procurar mantener las amistades
- Descansar lo suficiente
- Comer adecuadamente
- Informarse bien de los cuidados que necesitará la persona dependiente
- Compartir las responsabilidades con otra persona, ya sea amigo, familiar o profesional.
“Para cuidar bien a los demás hay que cuidarse a uno mismo. ¡No estás solo!”
Natalia Regidor Mecha. Psicóloga Colegiada (M-34438)
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Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad
El TDAH es un trastorno que aparece en la infancia o adolescencia. La sintomatología del TDAH varía siempre dependiendo del caso:
- Problemas de aprendizaje
- Baja tolerancia a la frustración
- Sintomatología depresiva
- Dificultad en el rendimiento académico
- Problemas de conducta
- Dificultad en las relaciones sociales
- Baja autoestima
También puede que haya niños que tengan problemas de autoestima debido a que tienen más dificultades para tener un buen nivel académico, tratar con otros niños, comportarse bien en el colegio, con los profesores, etc.
¿Cómo se presenta?
- Presentación predominante con falta de atención: es más frecuente en mujeres y tiene un gran impacto académico
- Presentación predominante hiperactiva: principalmente aparecen la impulsividad y agresividad.
- Presentación combinada: es la más frecuente, afecta al rendimiento global.
Falta de atención
Un niño que manifiesta un patrón de falta de atención a menudo presenta las siguientes características:
- No es capaz de prestar atención minuciosa a los detalles o comete errores por descuido en los trabajos escolares
- Le cuesta permanecer concentrado en tareas o juegos
- Parece no escuchar, incluso cuando se le habla directamente
- Tiene dificultades para seguir instrucciones y no logra terminar las tareas o los trabajos escolares
- Tiene problemas para organizar tareas y actividades
- Se distrae fácilmente
- Se olvida de hacer algunas actividades diarias, como las tareas del hogar
Hiperactividad e impulsividad
Un niño que manifiesta un patrón de síntomas de hiperactividad e impulsividad a menudo presenta las siguientes características:
- Está inquieto o da golpecitos con las manos o los pies, o se retuerce en el asiento
- Le cuesta permanecer sentado en el aula o en otras situaciones
- Está en constante movimiento
- Va de un lado para otro o trepa en situaciones no apropiadas
- Tiene problemas para jugar o realizar actividades tranquilas
- Habla demasiado
- Da respuestas apresuradas o interrumpe a quien le hace preguntas
- Tiene dificultades para esperar su turno

No hay que alarmarse, es importante tener en cuenta que la mayoría de los niños sanos no prestan atención o son hiperactivos o impulsivos en un momento u otro. Es típico que tengan períodos de atención cortos y no puedan seguir con una actividad por mucho tiempo. Incluso en niños mayores y adolescentes, el período de atención a menudo depende del nivel de interés. Lo mismo ocurre con la hiperactividad. Los niños pequeños son naturalmente activos.
Es importante una buena evaluación del caso para diseñar un tratamiento apropiado. El diagnóstico temprano, junto con un tratamiento adecuado darán sin duda a una buena evolución, por lo que es importante no confundir con el comportamiento natural propio de la infancia.
Natalia Regidor Mecha
Psicóloga Colegiada (M-34438)
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